Mucho se ha hablado sobre Dune durante los últimos meses. El estreno de la película dirigida por Denis Villeneuve ha logrado que el mundo ponga atención al universo iniciado por Frank Herbert en 1965. En esta nueva sección #SagasdePelícula, repasamos las distintas adaptaciones literarias y audiovisuales de uno de los relatos de ciencia ficción más trascendentales de la historia.

Por Pablo del Valle

Mucho se ha hablado sobre Dune durante los últimos meses. El estreno de la taquillera película dirigida por Denis Villeneuve ha logrado que el mundo vuelva a poner la mirada en el universo iniciado por Frank Herbert el año 1965. Su libro Dune, considerado uno de los relatos de ciencia ficción más trascendentales de la historia, ha inspirado las más diversas adaptaciones. 

Pasó con El Señor de los Anillos, pasó con la saga Harry Potter y ahora está sucediendo con Dune. La adaptación cinematográfica de famosas sagas de fantasía y ciencia ficción se ha convertido en un fenómeno que ha acercado grandes historias de la literatura a millones de personas –muchas de ellas alejadas del placer de leer– que se han abierto al deseo de conocer las novelas originales. ¿Es mejor el libro o la película? se ha convertido en una pregunta clásica que, aunque genera entretenidas discusiones, parece no tener respuesta posible cuando existe consciencia de que son diferentes lenguajes artísticos, muy difíciles de comparar. Es lo que está sucediendo en la actualidad con la obra de Frank Herbert, que medio siglo después de su publicación y luego de múltiples intentos de adaptación, parece tener su revancha en el cine este año 2021.  

EL LIBRO

Publicada en 1965, Dune es considerada una de las novelas de ciencia ficción más trascendentales de la historia. Este libro, que en su versión de bolsillo sobrepasa las 700 páginas, narra la llegada de la familia Atreides al planeta Arrakis, el único lugar en donde puede extraerse la especia, una codiciada sustancia que funciona como detonante de intrincados conflictos entre los grandes poderes del universo. Arrakis –también conocido como Duna, de ahí el nombre del libro– es un planeta desértico sumido en una profunda crisis de agua, habitado por gusanos gigantes y por los Fremen, una tribu ancestral que se esconde en las cavernas. La familia Atreides –liderada por el duque Leto, lady Jessica y su joven heredero, Paul– recibe el mandato imperial de gobernar el lugar, bajo la constante amenaza de la casa Harkonnen, conocida por sus políticas opresoras y extractivistas. 

Uno de los aspectos más interesantes del libro es la profundidad de sus protagonistas, que se despliega tanto en los extensos y detallados diálogos como en la íntima exploración de sus pensamientos, todos narrados con una asombrosa calidad literaria. Un ejemplo de ello está en la historia de Paul, quien es lanzado a una aventura que lo lleva a explorar el poder que tiene la mente humana para vencer los propios miedos.

La intriga destaca, además, por transitar temas tan profundos y variados como la filosofía, la religión y la ecología.  Estos planos se entrelazan en los arcos de los personajes, quienes, entre rebeliones y profecías mesiánicas, buscarán construir un planeta habitable y libre del yugo de sus opresores. No es de extrañar que una historia como esta siga siendo vigente hasta el día de hoy, como tampoco lo es que haya llamado la atención de tantas mentes creativas para crear sus propias adaptaciones.

 


PRIMEROS INTENTOS: LYNCH Y JODOROWSKY

En la década de los 70 la historia cautivó al polifacético cineasta chileno Alejandro Jodorowsky, quien vio en Dune la oportunidad de llevar a cabo un ambicioso proyecto personal. Poco después de su concepción, la película tenía entre su elenco a figuras como Salvador Dalí y contaba con la música de Pink Floyd, además de un grupo de talentosos encargados de efectos especiales, todos seducidos por Jodorowsky, quien se empeñó en buscar “guerreros espirituales” para lograr un filme de 14 horas que revolucionara la industria del cine. 

El largometraje, que contaba con un extenso storyboard surrealista dibujado por Moebius, terminó sin realizarse por falta de presupuesto, pero sentó bases para grandes estrenos futuros –como Star Wars, sin ir más lejos–. En la actualidad, es posible disfrutar la historia de este proyecto en el documental Jodorowsky´s Dune (2013) que nos acerca a la interpretación libre del director. 

El siguiente intento estuvo a cargo de David Lynch, quien estrenó su propia versión de Dune el año 1984. Esta nueva película, que contó con la participación de Sting y la música de Toto, no logró cumplir con las grandes expectativas que se habían formado a su alrededor y terminó siendo considerada un fracaso rotundo en la industria. En la actualidad, sin embargo, ver el filme puede convertirse en una experiencia interesante y accesible, pues acaba de estrenarse en la plataforma Netflix, que podría ayudar a entender por qué tantos cinéfilos la consideran una obra de culto. 


VILLENEUVE Y LA ÚLTIMA REVANCHA

Las adaptaciones de Dune a la pantalla grande parecían estar malditas hasta que le llegó el turno al director Denis Villenueve, conocido por películas como La llegada o Blade Runner 2049. Su versión ha logrado un éxito notable en los cines y ha encantado a gran parte de la crítica. 

Esta superproducción cuenta con un elenco de lujo encabezado por el joven actor Timothée Chalamet​, representando a un magnético Paul Atreides, sobre quien recae gran parte del peso de la película. Destaca también la presencia de Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Zendaya y Jason Momoa. La banda sonora está a cargo del premiado compositor Hans Zimmer –reconocido por las melodías de El rey León, Gladiador o Batman, entre muchas otras– y logra envolver con una mística ancestral todo lo que sucede en el desierto de Arrakis.

Es probable que el mayor fuerte de la película esté en su espectacularidad visual, que se materializa en el destacado diseño de los elementos más simbólicos del universo de Dune, como los inmensos gusanos de arena o los peculiares tópteros (naves espaciales similares a insectos) concebidos por Herbert. Mención aparte requieren las largas tomas del bello desierto de Arrakis, que provocan la sensación constante de estar ante algo inmenso y estremecedor. Esta impresión se fortalece con el pausado ritmo narrativo, muy lejano a la rapidez propia de los Blockbuster.

Como es de esperar, existen múltiples diferencias narrativas entre el libro y la película. Es probable que muchos lectores echen en falta, por ejemplo, un mejor desarrollo en su trama política o en el detalle de sus diálogos. A pesar de esto, parece existir un consenso en la crítica de que estamos ante una adaptación que le hace honor a la novela original y que puede seguir mejorando en la segunda parte (porque sí, la película abarca solo hasta la mitad del libro, por lo que se espera una segunda entrega para el 2023).

MÁS LECTURAS Y MÁS ADAPTACIONES

Las adaptaciones de Dune no se han quedado sólo en el plano del cine. Hasta la fecha existen, por ejemplo, dos miniseries para TV y más de cinco videojuegos inspirados en el libro, entre los que destaca el juego de estrategia creado para PC en 1992. Además, el año 2020 la editorial Norma publicó una novela gráfica firmada, entre otros, por Brian Herbert (el mismísimo hijo de Frank Herbert), que se presenta como la primera entrega de una interesante trilogía.

Las reescrituras de Dune son muchas y muy variadas en sus lenguajes. Para quien quiera acercarse a la obra de Herbert existen múltiples caminos que cobran pleno sentido cuando conducen a la novela original, que ofrecerá siempre la lectura más rica y significativa. Para terminar, cabe destacar que Dune no es solo el título de un libro, sino de una extensa saga compuesta por más de veinte tomos. Es de esperar, por lo tanto, que la historia nos siga regalando más adaptaciones. ¡Existe y existirá muchísimo más de Dune para disfrutar y para leer!

Novela gráfica de Brian Herbert, 2020.