Reseñas
Las ventajas de ser invisible
La obra de Stephen Chbosky reafirmó su popularidad tras el estreno de su versión cinematográfica en 2012. “Las ventajas de ser invisible” está narrado de manera epistolar y cuenta con un soundtrack para oídos avezados, con The Smiths y David Bowie, además de variadas referencias a la cultura pop. Por Daniela Branada.
Cuando estás mucho tiempo observando las situaciones desde un ángulo desconocido por otros, llega el momento, obligado o no, de entrar y participar de aquellas; ya no basta con lo que ves, lo que comprendes, lo que entiendes desde el margen, tienes que actuar.
Charlie, el protagonista de esta novela, es un joven muy especial que ha vivido desde hace años al margen. Gran lector y escritor, no sale de casa, no se junta con amigos porque no los tiene, con una historia personal como pocos pueden llegar a tener.
El día en que conoce a Sam y Patrick es el inicio de su nueva vida.
Sam, una joven con mucha energía, libre y divertida, provoca en Charlie sentimientos desconocidos hasta el momento para él. Patrick, joven idealista, divertido también, buen amigo, puede confiar en Charlie como nunca antes ha confiado en alguien. Sam y Patrick, hermanastros inseparables, logran aquello que solo pocos han podido hacer: entrar en la cabeza y el corazón de Charlie, como también reconocer en él un ser humano que ha tendido a la soledad por circunstancias que no pudo manejar.
Las ventajas de ser invisible (Alfaguara) permite navegar por las historias de personajes entrañables, como la familia de Charlie, Mary Elizabeth o el profesor Bill, quien juega un papel muy importante en la vida de Charlie. También permite encantarse con su banda sonora, que invoca a The Smiths o David Bowie, con referencias literarias potentes, pero también del cine y la televisión. Y si eres adulto, muy adulto, podrás aterrizar en la vida adolescente de aquel que busca nuevas experiencias.
Un novela juvenil perfecta, epistolar (pues su desarrollo es a través de cartas que Charlie le escribe a un anónimo) que trae a colación a otra gran novela El guardián entre el centeno, de J.D Salinger, dejándote la sensación de que debiesen existir más Charlie y más Holden.