Joseph Conrad escribe “El corazón de las tinieblas” después de un viaje al Congo donde presenció la crueldad del imperialismo europeo sobre el pueblo africano. Su relato da cuenta de lo que atestiguó y tiene una doble función: sirve para entender una parte de la historia europea y también para comprender cómo el ser humano viaja a su inconsciente.

Por David Agurto

Hace tiempo atrás —digamos unos casi veinte años— una amiga me mostraba una canción compuesta por ella. «Fluye mi ser como un río» dictaba uno de sus versos. Ha sido inevitable recordar aquella frase al leer El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, a pesar de que esta novela breve propone todo lo contrario. El río aparece como un lugar de estancamiento, de pérdida, de oscuridad. Eso ocurre cuando se va río arriba.

La novela —considerada un cuento largo para muchos— data del año 1899 y fue publicada originalmente por Blackwood’s Magazine bajo el título de Hearth of Darkness. Título probablemente controversial, ya que, darkness significa, literalmente, oscuridad. Es además, la fuente de inspiración para la película Apocalypse Now, de Francis Ford Copolla. Conrad escribió este relato en la época culmine del colonialismo inglés conocida como la Pax Brittannica y se inspiró en su viaje al Congo donde trabajó a bordo de un barco para la compañía belga SGB. En esa travesía presenció los horrores del colonialismo europeo sobre la población africana. Es, por lo tanto, un relato con tintes biográficos, pero que se centra en atestiguar lo vivido por Conrad. No es extraño que lo comparen con Marlow, el personaje protagónico de esta historia.

Si bien el relato es corto, obliga una lectura atenta. Es un texto que exige mucho. Y tal vez su técnica narrativa tiene que ver también con el río y la selva. Ambos no funcionan solo como espacio físico, sino que derivan en figuras alegóricas. Es difícil navegar río arriba, contra la corriente y contra todos los obstáculos que ofrece el mismo. Más aún, cuando a las orillas del río se encuentra la penumbra de la selva y todo lo que puede esconder. La lectura de El corazón de las tinieblas es eso. Navegar río arriba. Es un texto intenso, complejo, con pocas pausas.

El corazón de las tinieblas forma parte de la Colección Viva Leer Copec 2022. Créditos: tiendacopec.cl

Se divide en tres partes, las dos primeras tienen que ver con la llegada de Charles Marlow de Londres a África siendo contratado por una empresa belga para ser capitán de un barco y sus desventuras para reparar el navío; el último apartado tiene que ver con el rescate del señor Kurtz, uno de los encargados de la misma compañía para la explotación del marfil en la jungla africana. Pero en los tres acápites hay una suerte de embrollo dado por la rapidez del relato y porque básicamente este se encuentra contado a dos voces: lo que narra Marlow y las intervenciones que el narrador va realizando para acompañar la historia del protagonista. Es por eso que se dice que esta novela es un referente para la narrativa contemporánea.

El corazón de las tinieblas condensa varios temas importantes y propios de la época colonial. Por un lado, el racismo pues se hace referencia el encuentro cruel entre el colonialismo europeo y el mundo africano. Hombres negros son descritos como esclavos, que mueren en la soledad de la selva, cubiertos por la enfermedad, la pobreza y la hambruna. Si un esclavo ya no servía era condenado a muerte y este se exiliaba al interior del terreno a esperar que llegara su hora. Por otra parte, el relato es un buen ejemplo de la dualidad civilización y barbarie. En una contraposición que cuesta aceptar a nativos africanos como seres salvajes versus los europeos sedientos por conquistar las tierras indómitas de lo que sería el Congo para robar a diestra y siniestra el marfil con tal de aumentar el poder económico. Al leer la novela se entiende muy bien cómo funciona el imperialismo.

Joseph Conrad, escritor británico de origen polaco, es considerado como uno de los mejores narradores del idioma inglés.

Sin embargo, dentro de los tópicos, el que más destaca se relaciona con el viaje interior, con el inconsciente y con el encuentro del yo. La selva atrapa. Al estar en medio de la espesura y navegar por ese río se puede sentir el llamado de lo salvaje como le ocurre a Kurtz, quien es idolatrado como un dios por los aborígenes. Pero también por más de un compañero de trabajo, como ocurre con ese extraño personaje vestido lleno de parches de colores a modo de un arlequín. Pero también como pasa con Marlow, que si bien no lo endiosa, sí lo admira. Todos parecieran que cambiaran al conocer a Kurtz. Pero la verdad es que estar en el corazón de las tinieblas es lo que te cambia. Como le ocurre a Charles Marlow que estando en medio de la nada se conoce a sí mismo. Como ocurre al no poder fluir como un río.