Reseñas
“El hombre del cartel”, de María José Ferrada
María José Ferrada se ha consagrado como una escritora muy versátil. Quienes la leemos y admiramos, nos hemos dejado encantar con su poesía y prosa con historias muy versátiles y disímiles, pero que siempre tienen algo en común: niñas y niños como protagonistas.
Por Melissa Cárdenas
María José Ferrada se ha consagrado como una escritora muy versátil. Quienes la leemos y admiramos, nos hemos dejado encantar con su poesía de las cosas, nos hemos acercado al universo poético japonés a través de los haikus, pero también nos hemos estremecido con su invitación a rememorar las víctimas de las violaciones de Derechos Humanos durante la dictadura militar chilena. Historias muy versátiles y disímiles, pero que siempre tienen algo en común: niñas y niños como protagonistas.
En Kramp, su primera incursión en la novela, nos regala una hermosa historia en la que toma prestada escenas e historias de la vida real, para mezclarlas con un poco de ficción. El vínculo familiar de un padre y su pequeña hija que, con dulzura y gran capacidad de insistencia, recorren unos pueblitos del sur del país, ofreciendo productos de ferretería y construcción. La novela que la sucede, y que ha tenido bastante éxito cruzando las fronteras, es El hombre del cartel, esta vez narrada por un niño libre de prejuicios e intolerancias, pero con una mirada muy examinadora.
La historia, muy cautivadora, se organiza en tres períodos: primera semana, los días siguientes y los días finales. Miguel es quien, a sus 11 años, narra con toques de humor la historia de Ramón (pareja de su tía Paulina) quien, cansado de trabajar como obrero en una fábrica, decide irse a vivir sobre un cartel de Coca-Cola.
Ramón subió al cartel de Coca-Cola que está en la orilla de la carretera un lunes y ese mismo día, mientras el sol se escondía detrás de los edificios que rodean la villa, decidió que se quedaría a vivir ahí.
Ramón, quien, frente a los curiosos vecinos y vecinas, se convierte en El hombre del cartel, comienza a desconectarse con lo que ocurre sobre la tierra y se entrega –pareciera en cuerpo y alma–, a su nuevo hogar: las alturas. Ramón acepta que la vida es dura y se encanta con el silencio, ese que lo aleja de toda relación y que no está dispuesto a transar para hacer feliz al resto. Esta vez, es él quien busca su propio bienestar, su propio momento, su propio lugar, porque distanciarse del ruido del mundo, junto con la cerveza, es lo que más necesita.
El pequeño Miguel analiza e intenta comprender su entorno y descubre lo cómodo que se siente su amistad con Ramón, a pesar de que su madre odia a este singular personaje, tanto como al padre que los abandonó y a varias otras personas en el mundo. A su corta edad, es fiel a lo que cree e indiferente a los comentarios que tildan de loco a quien, desde lo alto, no solamente es útil cuidando un par de focos, sino también es capaz de mostrar luz y sentido, incluso en los terrenos más sombríos y absurdos.
Ramón en cambio, con el paso de los días, se abstrae de la cotidianeidad y establece una nueva forma de ver las cosas. Situado en las alturas, pareciera que habita un universo paralelo, distinto en el modo en que se observa y se siente la vida, distinto de lo que sucede abajo.
“El ruido del mundo”, se decía a sí mismo Ramón. Palabras de amor. Datos. Instrucciones. Reproches. Risas. Explicaciones. Y uno que otro disparo que, entre tanto estímulo auditivo, no podías asegurar si era real o imaginario.
El hombre del cartel es una obra que refleja la crítica realidad de muchas personas que deben echar raíces a orillas de un canal, la vida en las periferias y el duro golpe que ofrece la pobreza a diario. Es, en otras palabras, lo que esconde Chile detrás de su impostora fachada.
El estilo de María José Ferrada, tan poético y genuino, siempre es un placer para quienes disfrutamos de sus libros y esta no es la excepción. Con sus ya característicos listados, sus clasificaciones muy prácticas o con “las cosas que simplemente se saben”, logra cautivar rápidamente al lector y nos regala una historia que también evoca el amor y la amistad incondicional entre quienes no logran adaptarse al orden establecido en la sociedad. Un libro que puede tener muchas lecturas, pero que sin duda desnuda el sistema de una forma muy perspicaz.
En enero reciente, El hombre del cartel recibió el premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile, categoría novela, al igual que su anterior novela, Kramp. Además, la autora ha recibido otros importantes galardones como el premio Academia Chilena de la Lengua, el premio Municipal de Literatura de Santiago en la categoría LIJ, el premio Marta Brunet y la Medalla Colibrí, mención honrosa en los Ragazzi Awards de la Feria del Libro Infantil de Bolonia (Italia), entre otros.