La nueva sala infantil ubicada en el Museo de Bomberos de Santiago busca conjugar la lectura, el juego y el patrimonio bomberil. Por: Tomás Devia, asesor de proyectos de la región Metropolitana.

Una parte importante de las visitas a los distintos museos y centros culturales es realizada por niños y jóvenes, sin embargo, raramente están pensados desde su diseño e implementación para atender las diversas formas en que la infancia desarrolla y adquiere sus conocimientos. En respuesta a estas incongruencias, diversos actores culturales han desarrollado iniciativas que buscan poner la cultura a la altura de su público más asiduo.

Es así como nace Estudio Cenital, proyecto de diseño de la mano de dos hermanos bajo una misma inquietud: innovar y experimentar en la realización de espacios culturales dedicados a la infancia en lugares que tradicionalmente no han sido creados para esta. Karina Letelier, ilustradora, y Paulo Letelier, diseñador industrial, han trabajado junto a instituciones públicas en la creación de espacios pensados exclusivamente para un público infantil donde la manipulación, la exploración y un diseño vibrante generan ambientes dinámicos que buscan transformar las prácticas de quienes los habitan.

Cuartel de Lectura

“En la construcción del mural tratamos que no sea tan solo accesorio, sino que sea un elemento que nos cuente algo, es parte de una narración tal como la ilustración de un libro, pero en gigante. Cuando estábamos pensando que haríamos nos imaginábamos un libro abierto, una ilustración a dos páginas” comenta Karina sobre los grandes murales protagonistas de la nueva sala infantil ubicada en el Museo de Bomberos de Santiago, MuBo, inaugurada durante agosto de 2019, la cual busca conjugar la lectura, el juego y el patrimonio bomberil a partir de un cuidado diseño que sea capaz de proveer infraestructura funcional para las distintas actividades que se desarrollan como parte del programa educativo del museo que busca acercar a los niños a la prevención de incendios, el cuidado del medioambiente y el acercamiento a la institución, a la vez que sea un espacio del que puedan apropiarse y habitar a su escala, “uno tiene que entender la forma en que el niño interactúa con el mundo, las diferentes alturas y niveles donde ocurre su vivir”, reflexiona Karina.

Una de las dificultades que implica la creación de espacios como este, al momento de buscar financiamiento, es la falta de antecedentes, de otras iniciativas parecidas que respalden los resultados que se pueden generar, además de la reticencia del sector público de innovar en temas de infancia, frente a esto Paulo nos dice, “un espacio como este que no es muy grande, es chiquitito, y que fue construido con recursos bastante limitados, pero que sin embargo en su primer día de apertura tiene mil visitas, un proyecto de diseño que sea público y que tenga la capacidad de acoger a más de cien mil personas en un año es increíble, el impacto por metro cuadrado es impresionante”.

Con un foco en la prevención, la lectura y el encuentro, el Cuartel de Lectura se posiciona como un ejemplo importante en la creación de espacios culturales dedicados a la infancia y que buscan establecer un vínculo de igual a igual con su público, a la vez que demuestra que a partir de un diseño inteligente no son necesarios grandes recursos para lograr resultados importantes y espacios de calidad artística. “Esta biblioteca está montada en un espacio residual que era tan solo de circulación y que a partir de ahora es un espacio activo. Este tipo de iniciativas quizás tienen un rol paralelo que es poder abrir las cabezas a que estas ideas sí se pueden llevar a cabo y que se pueden hacer en cualquier lugar” comenta Paulo.

Además del Cuartel de Lectura, Karina y Paulo, diseñaron la Biblioteca Pública Inclusiva Buen Pastor ubicada en la Fundación Buen Pastor en la localidad de San Felipe. Trabajo que cimentó sus ansias por explorar a través del diseño distintas respuestas a la dificultad en la creación de espacios más cercanos a la infancia, “una complejidad muy satisfactoria en el diseño es que los niños no necesariamente siguen las reglas, se pueden subir a un resbalín por la rampa y tenemos que garantizar que estas interacciones se puedan realizar” comenta Paulo respecto de la forma orgánica que tienen los niños de hacer uso de los espacios y como es preciso estar a la altura de estas demandas.

Biblioteca Pública Inclusiva Buen Pastor

Esta biblioteca fue diseñada con el objetivo de traer el paisaje, la flora y fauna del valle del Aconcagua hacia el interior del edificio patrimonial donde se ubica, “la idea era que los niños quisieran pasar tiempo en este lugar, que fuera como una plaza donde reunirse, por esto tiene un árbol central con cubículos de mimbre donde sentarse a leer. La idea era que los chicos tengan un espacio de intimidad y al mismo tiempo poder disfrutar del entorno presente” comenta Karina.

En esta misma línea lugares como la sala infantil de Biblioteca Santiago o la novedosa Galería Cero buscan responder y respetar el habitar propio de la infancia a partir de una reflexión del uso de los espacios y como estos pueden determinar un vínculo sustancial de los niños con la cultura, “en esta ciudad que a ratos es muy agresiva, incluso para nosotros los adultos, es muy importante que los niños entren a un lugar donde puedan estar seguros, que sea su lugar, que no tengan que pedir permiso y que sea una exposición creada para ellos” reflexiona.