¡Un millón y seiscientos mil analfabetos mayores de seis años! Colocados en fila, a cincuenta centímetros uno de otro, formarían una columna de 800 kilómetros de largo, ¡la distancia media entre Santiago y Puerto Montt!

Por Melissa Cárdenas

De esta forma ilustraba en 1917 el profesor normalista Darío Salas el problema del analfabetismo en nuestro país. ¿Los más afectados? Niñas y niños habitantes de sectores rurales, producto de la impensable idea de escolarización continua y del incentivo para dedicar sus vidas a trabajos agrícolas. 

A más de 100 años de esta trágica realidad, podemos afirmar que la fila ha disminuido significativamente, y que muchos de esos niños y niñas que habitan las zonas rurales y extremas de nuestro país, hoy gozan de su derecho a la educación

Es más, desde 1998 el Ministerio de Educación conmemora el 7 de abril como el Día de la Educación Rural, en honor al natalicio de Gabriela Mistral, poeta y educadora, que con su obra influyó a toda Latinoamérica, recreando la poesía infantil de tradición oral y que dio su vida por la educación pública, sobre todo en zonas rurales. Una influencia literaria y educacional y también reformista.

Pero lejos de romantizar, este día no solo busca conmemorar, sino que también abrir nuevas discusiones acerca de los desafíos y las problemáticas que dificultan una educación de calidad y pertinente en zonas rurales. La falta de acceso y de recursos, los problemas de conectividad, las aulas multigrados, el fortalecimiento del currículum y las evaluaciones estándares inadaptadas al contexto y al territorio, son algunas de las brechas que aún existen y que imposibilitan una educación equitativa y de calidad. 

Al respecto, conversamos con el director de la Escuela Rural de Nontuelá, Erwin Muñoz, y con la encargada de biblioteca, Vanessa Vidal, para conocer acerca de los principales obstáculos y desafíos a los que se enfrentan desde sus respectivos espacios, pero también, acerca de la importancia de pensar en políticas educativas que garanticen una educación de calidad y que responda a la identidad territorial y cultural de cada sector. Les invitamos a revisar esta entrevista a dos voces. 

Erwin Muñoz, director Escuela Rural Nontuelá

La escuela rural es, en muchas ocasiones, la principal conexión de las y los estudiantes y sus familias con el mundo y con la actualidad. ¿Cómo ha sido su experiencia al respecto, durante sus años de docencia? 

Los profesores siempre hemos sido quienes llevamos el conocimiento a las comunidades, en especial en sectores rurales, donde el docente cumple múltiples funciones. Yo llegué a una comunidad rural, pero con un gran avance urbano, en que las posibilidades de conectividad y desplazamiento estaban resueltas. Sin embargo, la visión educativa que un director incorpora en su comunidad, junto a su equipo docente, permite permear la cultura, las artes, el conocimiento y la actualidad, tal como lo hemos hecho nosotros, a través de actividades vinculantes, como museos itinerantes o presentaciones de orquestas y teatro, así como también, el  uso de las dependencias físicas, como la biblioteca, el laboratorio de computación, etcétera. De esta manera intentamos democratizar la cultura y la información hacia la comunidad.

Por lo general, las escuelas rurales solo cuentan con educación básica. A este problema le sumamos los recorridos de largas distancias por parte de las y los estudiantes, problemas de infraestructura y, en algunos casos, la baja escolaridad de los padres. ¿De qué manera cree que esto afecta a la deserción de estudiantes en la educación media? 

Las dificultades de acceso siempre existen. Afortunadamente hemos sido protagonistas del mejoramiento de caminos y acceso a transporte escolar, permitiendo que las y los estudiantes a diario puedan asistir a sus clases. Con el tiempo, apoderados y apoderadas van entendiendo que garantizarles una buena educación es la única forma de aspirar a oficios o profesiones que les permitirán mejorar sus condiciones de vida a futuro. Un gran número debe emigrar, pero nosotros como educadores insistimos en la formación valórica y de autorresponsabilidad como un elemento esencial para la autonomía y, de esta manera, disminución de la deserción escolar. Esto lo hemos visto reflejado en que la asistencia a clases, ya no se ve amenazada para apoyar labores agrícolas y trabajos habituales en el campo, como lo fue en años atrás.

¿Cuáles cree que son los principales desafíos en la educación impartida en zonas rurales?

Las políticas deben considerar las diferencias culturales de las zonas rurales. Nuestro contexto cada día se diversifica producto del avance de la urbanización y las migraciones desde la urbe en busca de nuevas fuentes laborales. Esto provoca la transculturación y aporta nuevas formas de vida. Por lo tanto, es necesario que las políticas y recursos centrales decanten con mayor prontitud a las escuelas rurales, de igual forma el avance tecnológico y la falta de conectividad. 

La pandemia reveló que, por ejemplo, no existe conectividad en todos los sectores. En este sentido, los principales desafíos en nuestras comunidades son: acercar el conocimiento acorde a los nuevos tiempos, mejorar la conectividad de los estudiantes, respetar las culturas propias de nuestras zonas, transmitirles valores para que sean un aporte en la comunidad y en el país, crear estudiantes críticos y reflexivos.

Las políticas deben considerar las diferencias culturales de las zonas rurales.

Erwin Muñoz, director

Pero no todo es gris y siendo docente rural se puede educar desde el cariño, la preocupación y la pertenencia del territorio, además de una buen uso y gestión de los recursos. ¿Le parece que, si se conjuga bien esta fórmula, surgen buenos resultados?  

La labor docente es esencial. Por un lado el o la docente aporta su capacidad didáctica y metodológica para la entrega de conocimiento, pero también su calidad humana, lo que permite conjugar el aspecto instructivo y, a la vez, el formativo en los estudiantes. Muchos de nuestros docentes son oriundos del sector, permitiendo mayor sentido de identidad con el territorio y compromiso con su labor educativa. 

Además, la gestión directiva orienta el máximo de los recursos disponibles a la labor pedagógica, de esta forma cuidamos a nuestra comunidad docente y evitamos el agobio laboral, ofreciendo espacios de participación y decisión en las estrategias del establecimiento.

Vanessa Vidal, encargada de biblioteca

Las bibliotecas escolares en escuelas rurales suelen ser el primer vínculo de muchas niñas y niños con la lectura. Según tu experiencia, ¿cómo ha sido este proceso motivando el “querer leer”, más que solo el “saber leer”? 

Para mí ha sido maravilloso. He puesto en práctica experiencias innovadoras que potencian el hábito de acercarse a un libro solo por placer y ha dado buenos frutos. Es un proceso a largo plazo, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades de acceso por encontrarnos en una zona rural. Esto trae consigo mucho trabajo, que invita a que te reinventes y perfecciones cada día. Sin embargo, cuando uno ama lo que hace, no lo ve como un problema.

Conversamos respecto a que las y los estudiantes de tu comunidad educativa, una vez que egresan de la escuela, vuelven a solicitar libros y a participar de las actividades culturales y literarias que ofrece el establecimiento. En este sentido, ¿cuál es el mayor desafío de la biblioteca con aquel público que no encuentra aún lugar en el que pueda habitar la lectura? 

Nuestro desafío es que la comunidad educativa en pleno se apropie de los recursos y de las actividades propuestas para generar un vínculo emocional con la lectura. Necesitamos conseguir que las y los propios estudiantes se transformen en redes de apoyo y en mediadores de la lectura, que incentiven a la comunidad a leer y compartan experiencias placenteras en torno a los libros. Este espacio es el principal centro cultural de los vecinos, por lo tanto, debemos mantenerlo activo. Otro reto es vincularnos con las bibliotecas públicas de la zona, para que cuando los estudiantes emigren a las zonas urbanas, cuenten con un espacio lector que funciona de la misma manera que nosotros y puedan encontrar allí un refugio, un servicio, un espacio que continúe fortaleciendo el vínculo con la lectura y la cultura.

Necesitamos conseguir que las y los propios estudiantes se transformen en redes de apoyo y en mediadores de la lectura, que incentiven a la comunidad a leer.

Vanessa Vidal, encargada de biblioteca

Este año resultaron ganadores del concurso Viva Leer, acción que permitirá implementar una nueva biblioteca en la escuela y un programa de capacitación y fomento lector. ¿Cuéntanos tus principales expectativas y desafíos al respecto? 

Estamos muy agradecidos y contentos por ser beneficiados con este programa, que sin duda será una experiencia significativa para toda la comunidad, especialmente para nuestras niñas y niños. Mis expectativas son muchas, pensando en el contexto rural en el que nos encontramos, pero me tranquiliza pensar que podremos contar con una biblioteca con condiciones favorables, un espacio que propicie el placer de leer, que promueva actividades, que facilite préstamos bibliográficos variados y de calidad, y que esto no tan solo beneficiará a nuestro personal y estudiantes, sino también, a toda la comunidad del sector de Nontuelá y sus alrededores.