Diego Álamos intenta transformar en realidad una utopía: hacer que florezcan libros en el desierto más árido del planeta Tierra. Lleva cinco títulos publicados, y además tiene una librería en un oasis ubicado a 5 kilómetros de San Pedro de Atacama. Esta doble militancia le ha permitido afinar el ojo editor en una región donde, dice, convive una extraña mezcla de literatura marginal y patrimonial. Por: Nelson Valdés.

A pocos kilómetros de San Pedro de Atacama, zona de grandes atractivos turísticos y arqueológicos, se ubica el Ayllu de Solor, una comunidad cuyo origen se encuentra en la cultura Likan-antai o atacameña. Desde aquí, Diego Álamos arma su propia resistencia. Llegó desde Santiago, donde trabajaba en una editorial independiente, para instalarse en el Desierto de Atacama. Una vez ahí, decide seguir un camino similar: continuar publicando libros, a través de Ediciones del Desierto, pero ahora “sobre el norte y con tintes regionales”. Así, hasta la fecha la editorial lleva cinco libros publicados, y, además, se ha instalado en el mismo lugar la Librería del Desierto, punto de encuentro para los amantes de la literatura y los libros.

—¿Cómo relacionas las labores de editor y librero con el paisaje en que se insertan?

—Después del quinto libro publicado desde San Pedro de Atacama concluí que estaba difícil la pista editorial desde la periferia de la región. Ahí entendí que es en Santiago donde se mueve la industria de la literatura; posicionar un autor desde la región es algo que todavía no ocurre; las temáticas pueden ser regionales (Hernán Rivera Letelier), pero las editoriales son de Santiago. En la región campea la literatura marginal, patrimonial, y así es.

Este era el escenario cuando configuré la Librería del Desierto. Mi idea era cimentar un camino para nuestro desarrollo editorial, y teniendo un punto de venta con los libros de la región y de Chile y el mundo, incluyendo los de Ediciones del Desierto, podía tener un pilar de apoyo. Solo no se podía; ahora con la Librería del Desierto estamos acompañados de la producción editorial nacional y ésta tiene un tremendo imán; cada libro es un imán que atrae a alguien. Le tengo mucha fe a los libros: encuentran a sus lectores.

Lo que me doy cuenta es que ser librero y ser editor son dos cosas distintas. Ahora no concibo un editor que desconozca el oficio del librero. Vender, saber qué libros se venden y por qué, es clave para perfeccionar el ojo editor.

—La librería está ubicada en un ayllu, en las cercanías de un lugar muy turístico, pero a la vez lejos del ruido del pueblo. ¿Quiénes visitan la librería?

—La Librería del Desierto queda en un oasis cerca de san Pedro de Atacama, a 5 kilómetros. Y llega todo tipo de público, siempre que tenga alguna afinidad con el mundo del libro. Somos un nuevo concepto de librería, una librería que está en las antípodas de la librería convencional, que obtiene su rendimiento por su ubicación. Si tuviéramos que encontrar otra librería afín, yo diría que nos parecemos a Librería Lolita de Providencia, que queda al borde de un parque y en una calle residencial. Nuestro público es general, es el viajero, es ese que ama lo único, porque encontrarse con una librería en mitad del desierto no es algo que se vea todos los días.

Al estar en el centro del turismo nacional, todo aquí se convierte en destino turístico –se quiera o no. Pero eso no impide que la comunidad sanpedrina sienta como algo propio La Librería del Desierto.

—¿Se realizan actividades con la comunidad?

—Sí, tenemos 2 actividades mensuales promedio. También tenemos un lugar de exhibiciones de Arte: la galería de la Librería del Desierto. Estas actividades han sido claves para dinamizar y dar a conocer el proyecto.

—¿Cómo ves el panorama de autores y editores en el Norte Grande?

-El norte es muy grande, pero no veo todavía que haya un “panorama editorial”. Hay algunos esfuerzos marginales como el que nosotros hicimos, o el Tipógrafo Huraño en Antofagasta. Nació la Librería Filzic y Qué Leo en esa ciudad, la Qué Leo en Calama, la Librería del Desierto en San Pedro de Atacama. Pero no se ven demasiados autores ni autoras, aunque ahí está Andrea Amosson, muy reconocida en EE.UU., que acaba de publicar con nosotros Las Lunas de Atacama. De hecho, ninguna editorial regional, salvo Qillqa de la Universidad Católica del Norte, ha llegado a la Librería del Desierto. Para qué decir autores. En Arica aparentemente hay mucho desarrollo, pero como queda a 15 horas, en términos de logística –para traer libros–, Arica está más lejos que Santiago.

—¿Cuáles son tus autores nortinos o de la región favoritos?

—Me interesa lo que está haciendo Carlos Araya Díaz, autor oriundo de Calama y de él Alquimia Ediciones publicó la novela Historial de Navegación, con personajes bien nortinos y migrantes. También lo que es la literatura testimonial del norte es muy importante, como los libros Crepúsculo en el Balcón: Los ingleses y la Pampa Salitrera de Biddy Forstall Comby (Universitaria, 2015) o Así Pasa Cuando Sucede: Testimonios de Vida Atacameñas, entrevistas realizadas por Cecilia Uribe (Éditions du Relief, 2015).

Hay que decirlo: acá en el Norte hay una literatura patrimonial muy fuerte y de mucho interés, hecha con una calidad sin igual; los libros patrimoniales han tenido mucho eco. Pero lamentablemente la gran mayoría de estos libros fueron realizados gracias a la Ley Donaciones culturales o gracias a los FNDR, o Minera Escondida, El Abra, Santa Inés de Collahuasi, o el Observatorio Alma o Universidades; y a estas producciones solo se accede siendo merecedor del regalo corporativo o por una vía informal. No se venden. Entonces quedan fuera del alcance del lector común y quedan fuera de toda la cadena del libro. Creo que este es un problema; por ejemplo, la Universidad Católica del Norte acaba de publicar un libro de lujo sobre toda la parafernalia atacameña: Tabletas de San Pedro de Atacama, Arte y Shamanismo, de Agustín Llagostera, y el cual no se vende – hasta nuevo aviso.

—¿Por qué hay que visitar la librería?

—Porque es un viaje a la cultura del país, al arte, a la poesía, a la historia, a los sueños. También porque estamos ubicados en un lugar en donde hay agricultura, y se descubre el sistema de canales que irriga y recorre todo San Pedro de Atacama. Es una oportunidad para encontrar el libro que buscabas (o que te buscaba). Un espacio único para disfrutar del silencio del campo y de la vista a los volcanes.

La Librería del Desierto es un excelente punto de partida, o de llegada, para poder comprender mejor el desierto de Atacama.

Coordenadas

La librería del desierto está ubicada en la calle Volcán Lascar N°67, Ayllu de Solor, San Pedro de Atacama.

Hasta la fecha, Ediciones del Desierto ha publicado los siguientes libros:

  • La ciudad se llama cafeína, de Cristóbal Valenzuela Berríos
  • Capitalismo en las selvas, de Lorena Córdoba, Federico Bossert y Nicolas Richard
  • La Tirana desde sus orígenes hasta la actualidad, de Lautaro Núñez Atencio
  • La extravía, de Nina Avellaneda
  • Las Lunas de Atacama, de Andrea Amosson