Cuatro astrónomas, un astrónomo y un editor reflexionan sobre la importancia de comunicar la ciencia al gran público a través de diferentes canales, desde la masividad de virales de TikTok, Instagram y YouTube, hasta el arte de crear una buena historia para publicarla en un libro.

Por Diego Hidalgo Teresa Paneque tiene 23 años, 21 mil seguidores en Twitter, 55 mil en Instagram y 354 mil en TikTok. No es influencer de una marca de ropa, tampoco humorista ni cantante. Teresa Paneque es una joven astrónoma chilena que a través de sus redes sociales cumple la difícil misión de explicar en fácil los maravillosos misterios del universo. Vive en Alemania y divide su tiempo entre cursar su doctorado, crear videos explicativos para sus redes sociales y escribir libros.   “Siempre me gustó mucho la docencia y poder hacer divulgación. Es como tener una sala de clases muy grande donde puedo hablar con muchas personas al mismo tiempo, y eso es algo que personalmente me encanta”, nos cuenta Teresa mientras recuerda cómo inició este camino que conecta a la astronomía con el gran público, algo que no buscó y que se fue dando por casualidad luego del eclipse del 2019. En ese contexto le tocó dar entrevistas a diferentes medios para explicar el fenómeno, la gente comenzó a identificarla y decidió abrir sus redes sociales con el nombre de usuario @terepaneque. Desde entonces sus cuentas han crecido rápidamente y cada día suma nuevos seguidores. “Nunca pensé que llegaría en algún momento a tener más de 400 mil seguidores, me cuesta creerlo hasta el día de hoy. Pero me parece que esto demuestra que la ciencia puede ser contenido viralizable, que la gente quiere saber de ciencia, plantearse preguntas y encontrar respuesta, y pienso que la astronomía es una hermosa puerta que se puede abrir para entrar a este mundo”, plantea Teresa. Muestra de aquello es la publicación de su libro El universo según Carlota (2021), una historia educativa para niños en torno a la astronomía que ya prepara su segunda parte con Editorial Planeta. “Cuando me ofrecieron escribir el libro me puse a llorar. Ha sido el momento más emocionante de lo que llevo de carrera de divulgadora, porque era una de las cosas que más quería hacer en la vida”, recuerda. Actualmente proyecta seguir por un buen tiempo más dedicada a la comunicación de la ciencia: “No tiene sentido para mí hacer ciencia si no puedo comunicarla”.

La ciencia y la importancia de su divulgación

Teresa es una convencida de que las personas dedicadas a la ciencia tienen el deber de compartir con la sociedad los conocimientos que van generando. Así como ella, otros científicos valoran la divulgación como algo fundamental de sus carreras. Uno de ellos es Antonio Hales, destacado astrónomo chileno que participó en gran parte de las etapas de la puesta en marcha del ​​Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el observatorio más grande del mundo. Además, es autor de ¿Estamos solos en el Universo? (Escrito con Tiza, 2020), libro ilustrado para todo público que aborda el nacimiento de los planetas y cómo se define la vida y las civilizaciones inteligentes. “Muchas personas me han preguntado por secretos, que si siendo astrónomo he visto cosas que no puedo contar y, la verdad, es que no puede ser más lo contrario. ALMA tiene cuatro departamentos de divulgación y educación, la institución misma asume que los resultados científicos que obtiene deben ser de público conocimiento”, dice Hales, agregando que: “Desde una perspectiva más personal creo que una sociedad letrada científicamente es una sociedad más consciente y, por ende, una sociedad mejor preparada para enfrentar situaciones como la que estamos viviendo ahora, como el cambio climático y el inevitable agotamiento de los recursos en un planeta”. Desde una perspectiva similar, las astrónomas Javiera Rey, Carolina Agurto y Karina Rojas crearon en 2013 StarTres, que al día de hoy es una gran plataforma multimedia de divulgación astronómica. Ya han sumado una comunidad virtual de más de 35 mil usuarios que consumen sus contenidos web en redes sociales y en su canal de YouTube. Para ellas, la divulgación científica no solo es importante para la sociedad, sino que también para la propia comunidad científica. “A muchas personas les ocurre que ven a científicos o científicas hablar de su trabajo en charlas y no comprenden nada, porque la persona que expone no lo hace de forma clara. Eso es algo que mejora mucho cuando uno realiza divulgación científica”. Argumentan que pese a que, a ojos del público, muchas veces no se entiende la relevancia de su trabajo, del pensamiento crítico y la importancia del financiamiento, “la divulgación es definitivamente una de las principales vías para que el trabajo científico se tome en cuenta y se financie de manera suficiente”, concluyen.  ¿Estamos solos en el Universo? (Escrito con Tiza, 2020)

Científicos escritores

Por su parte las grandes editoriales otorgan una alta importancia a la publicación de libros sobre ciencia y no es extraño que estos estén en las listas de los más vendidos; es decir, hay también un amplio público lector para este tipo de contenido. Juan Manuel Silva es editor en Planeta y ha trabajado en publicaciones junto a exitosos autores científicos como el astrónomo José Maza, el físico Fernando Izaurieta y los matemáticos Eric Goles, Nicolás Libedinsky y Andrés Navas. Para él los libros de ciencia “son puentes entre disciplinas y entre clases sociales, etnias, ideologías y religiones. La ciencia, como el arte, logra amplitud de comunicación y pactos tácitos de comprensión muy interesantes, que privilegian tanto la sencillez como la elegancia de sus representaciones, algo que hermana a la matemática, por ejemplo, con la poesía, al menos en una forma de razonamiento creativo”.  Pero, ¿cómo un científico se transforma en escritor? Para Silva el primer requisito es querer escribir: “Esa es la única característica de un escritor, que quiera escribir y que, para eso, desarrolle modos de representación, es decir, distintas maneras de transportar un contenido o una carga, para así no generar atajos mentales, lugares comunes o modos que pierden su capacidad de seducir”, finaliza.