Analizamos esta tarea que es un desafío constante para todo mediador de la lectura. Por: David Agurto, coordinador zona centro.

La adolescencia debe ser una de las etapas más complejas del crecimiento del ser humano. Es aquí donde la conformación de la identidad propia gana gran importancia para quienes, hace muy poco, eran solo niñas y niños. Es en este escenario donde los mediadores de lectura nos preguntamos incansablemente –o nos olvidamos completamente– cómo acercar la lectura a los adolescentes, e incluso peor, no sabemos cómo no alejar la lectura de los adolescentes.

Son dos cosas distintas: la primera se refiere a la formación de nuevos lectores; la segunda en cambio, se trata de aceptar las formas y formatos de lectura que los y las adolescentes ya poseen, y que muchas veces rechazamos porque no las compartimos, porque no nos parecen o porque no sabemos simplemente de qué tratan.

¿Qué debemos tener en cuenta para no alejar la lectura de los adolescentes? Acá algunos consejos:

Los adolescentes son lectores

No debemos subestimar el consumo cultural de los adolescentes, que responde a sus intereses personales y grupales. Continuamente acceden a la información leyendo libros, escuchando música o viendo cine y televisión. También son capaces de leer cualquier tipo de temática, no solo historias de vampiros que se enamoran o relaciones imposibles porque los protagonistas tienen una enfermedad terminal, como puede parecer ante la atención que acaparan esta clase de títulos.

No hay que reducir la lectura a la decodificación de un texto escrito

Ya lo veíamos en el primer punto. La lectura no solo es reconocer signos, sino que implica dar sentido a los textos, completarlos desde la experiencia del lector, por tanto lo más importante en la lectura es la interpretación que se hace del contenido, más que la decodificación. Dicha interpretación es válida en todos los formatos, ya que los adolescentes entienden que los textos pueden ser escritos, visuales, audiovisuales, orales y otros, y las formas de lectura también son distintas, una no invalida la otra. Pueden disfrutar de una maratón de Netflix por la mañana, y una novela en el trayecto en metro por la tarde y de ambas extraer una lectura basada en su propia comprensión del mundo. Una lectura que es bueno ampliar y analizar por medio del diálogo y la discusión con otros.

No todo es narrativa

La selección de libros por parte de nuestro rol, implicará elegir una amplia gama de formatos de texto. Cuentos, poesía, teatro, novelas como géneros clásicos tienen que ir acompañados de cómics, álbum –que siempre da para diversas interpretaciones–, novelas gráficas, libros informativos, entre otros. Esto implicará que la oferta literaria y de no ficción que le ofrecemos a los adolescentes sea más dinámica y democrática, ya que, incluye no solo lo canónico sino que también considera sus gustos e intereses. Este material bibliográfico también se puede acompañar de contenidos en otros formatos: canciones, documentales, películas, de modo de ofrecer distintos lenguajes que se potencien y sean más atractivos para el lector. 

Internet y las pantallas son fundamentales

La pantalla y la web no es algo que aleje a los adolescentes de la lectura: es un nuevo soporte, no mejor ni peor que el libro, sino que distinto y permite otras nuevas formas de lectura. En muchos países el uso de pantallas, sean computadores, celulares o televisión supera el 70% en adolescentes. No hay que ver este uso como un enemigo de la lectura, sino todo lo contrario. Hay que enseñar a seleccionar lo que se ve en estas pantallas, más que demonizar su uso.

Otras formas de lectura, otras formas de escritura

El uso de internet ha sido esencial no solo para estas nuevas formas de lectura sino que también ha permitido a adolescentes y jóvenes convertirse en escritores individuales y colectivos en plataformas como Wattpad, que dan la posibilidad que uno comience el relato, y luego lo continúe otro y que, por lo mismo se lean entre ellos. Sumado a ello están otras plataformas digitales que han permitido sociabilizar la lectura y potenciar un diálogo en torno a lo que se lee, como es el caso de los Youtubers, Bookstagramers o Bloggers de libros.

Literatura digital

Una buena forma de acercarse a cómo leen los adolescentes y de presentarles textos en otros formatos es la literatura digital, la cual es creada en la pantalla y solo puede ser leída en la pantalla. Lo particular de la literatura digital es que permite múltiples formas de lectura, y que depende de cada obra. Algunas funcionan como un libro impreso, otras cumplen con la dinámica de videojuegos, y otras tienen elementos tan importantes como la música, cambios de ambiente o efectos de sonido. Más allá de cómo sea la obra, el rol del lector es fundamental ya que esta en constante interacción con esta, tal grado que puede decidir cuáles serán los acontecimientos relatados.