Inaugurado en 1915, el ramal Talca-Constitución nace de la línea central, Santiago-Sur, en un angosto brazo que se encamina, bordeando el río Maule, desde Talca hasta Constitución. El recorrido, el territorio, la biodiversidad y la identidad cultural propia de las comunidades, se han encargado de hacer de este ferrocarril el último ramal de Chile que se ha negado a dejar de existir.

Por Matilde Sandoval

Un poco de historia

El ramal Talca-Constitución nace de la línea central, Santiago-Sur, en un angosto brazo que se encamina hacia la costa maulina, en una única vía de un metro de ancho. Esta recorre 88 kilómetros, desde Talca hasta el balneario de Constitución. Esta línea secundaria inició su construcción en 1888, durante el gobierno del presidente José Manuel Balmaceda, trabajo que se extendió por casi 27 años. Finalmente, fue inaugurado el 19 de diciembre de 1915, al llegar por primera vez a la Estación Constitución. Este acontecimiento da inicio a una nueva forma de traslado, activa la economía local, el turismo y permite, principalmente la posibilidad de cohesión social.   

El ramal une varias localidades que se encuentran entre medio del valle y la zona costera maulina. A inicios siglo XX, con la llegada de este ferrocarril, los habitantes podían trasladar diversos productos, potenciar la agricultura y la industria, pues desde estos dos pilares de la zona, es de donde nace esta iniciativa de construcción. De esta forma, el ramal pasó a impulsar el crecimiento y la modernización de la Región del Maule.

Sin embargo, el ramal adquiere otras características fundamentales, pues más allá del crecimiento económico y ser un potente avance tecnológico, se transforma en un elemento crucial para la integración de localidades que hasta el momento estaban aisladas, posibilitando el desarrollo personal de los habitantes de estos sectores. 

El recorrido

El ramal se abre camino bordeando el río Maule, como si fuese siguiendo sus pasos para llegar al mar.  Recuerda a la comparación que hace Neruda, al llamar al tren la oruga que avanza “entre las hojas frías y la tierra fragante”, pues el paisaje nítido, se deja ver en plenitud en este recorrido. Aún podemos apreciar la naturaleza como hace un siglo atrás, pues este hermoso paisaje no ha sufrido grandes cambios. Es así que, pese a algunas nuevas construcciones o renovadas carreteras y puentes, aún circundan la línea férrea las moras, las antiguas viñas y la cordillera de la costa junto al río Maule, quienes durante todo el trayecto son compañeros inseparables. 

El recorrido se anima con las diferentes paradas con las que nos encontramos. Las estaciones del ramal son las siguientes: Talca, Colín, Corinto, Curtiduría,  González Bastías, Toconey, Pichamán, Los Romeros, Forel, Huinganes, Maquehua y Constitución. De todas ellas, la estación González Bastías es una de las paradas donde el tren se detiene por más tiempo, las venteras (vendedoras/es del lugar) se acercan al tren y este, generosamente, da unos minutos a los pasajeros y pasajeras para comprar pasteles, huevos cocidos, tortillas de rescoldo, pan amasado, quesos, bebidas, entre otras comidas típicas. Esta localidad anteriormente se llamaba Infiernillo, desconozco por qué llevaría ese nombre, pero lo que sí sabemos es que en honor al autor de Los poemas de las tierras pobres, Jorge González Bastías, recibe en 1956 su nuevo nombre. 

Desde aquí, queda la mitad del viaje, quebradas, caseríos y bosques nos acompañarán. De vez en cuando un saludo desde el campo.

Mapa Talca-Constitución. Imagen de dominio público.

El tren, espacio de identidad y memoria

Con el paso del tiempo el valor histórico del ramal es innegable, el recorrido, el territorio, la biodiversidad y la identidad cultural propia de las comunidades, se han encargado de hacer de este ferrocarril el último ramal de Chile que se ha negado a dejar de existir. El 25 de mayo del 2007, fue declarado Monumento Histórico Nacional y el 2018 World Monuments Watch lo inscribe como uno de los 25 sitios escogidos para su preservación como patrimonio en riesgo. 

En Talca, Estero-Estudio ha encontrado en el ramal una fuente de inspiración, “La idea de hacer el libro surge del deseo de dar a conocer las maravillas que rodean el recorrido del Ramal Talca-Constitución, el último ramal de Chile declarado Patrimonio Histórico Nacional”, nos cuenta Sara Bello, diseñadora de Estero. 

Esta motivación lleva al equipo, a lanzar su primer libro ilustrado y autoeditado, llamado La cuncuna de fierro, en el que a través de versos va contando el viaje que realiza una familia por el Ramal, “Nos encanta el Maule y su gente…decidimos realizar el viaje en tren para inspirarnos. Luego realizamos las ilustraciones, que tienen un enfoque para público infantil (aunque muchos adultos quedan maravillados con los detalles exagerados de ellas), le mostramos el proyecto a un amigo y le propusimos realizara los textos”, añade Sara. Yasser Villazán compone el texto en cuartetos y las vivas ilustraciones son obra de Alen Lauzán. El libro es de tapa dura, encuadernado artesanalmente, pintado y cosido a mano. Conoce más sobre este libro y la editorial Estero en su sitio web.

El próximo 16 de diciembre cumplirá 106 años el ramal, y cada mañana con su rugido en el metálico camino, nos asegura que serán muchos más.

Lanzamiento del libro "La cuncuna de fierro". Créditos: esteroestudio.cl