En este taller aconsejamos títulos para armar una biblioteca entretenida e interesante para grandes y chicos.

El desafío de crear libros para niños debe ser uno de los más estimulantes del mundo editorial, especialmente si se considera que estas primeras experiencias lectoras generan relaciones con los textos que pueden durar toda la vida. En cada sesión del comité Troquel, nos alegra encontrar libros que sorprenden con propuestas desafiantes, llenas de color, humor y juego. En esta selección para la primera infancia, el trabajo de dos franceses y un japonés son fiel reflejo de lo que nos gusta y de lo que no debiese faltar en una biblioteca.

Por Óscar Sáez A.

¡Oh! Un libro que hace ruido
 Hervé Tullet. Océano Travesía, 2018

¡Cuánto nos gusta Hervé Tullet! El artista francés nació en 1958 y trabajó once años como director artístico para agencias y medios comunicación, un oficio que se nota en la construcción de sus libros para niños. En la década de los noventa, Tullet publica su primera obra, Comment papa a rencontré maman (Cómo conoció papá a mamá), editado por Seuil Jeunesse en 1994. Desde esa fecha, el autor francés nos ha entregado más de cincuenta libros y ha recibido más de cinco premios, entre ellos el Bernard Versele de Bélgica en 2012. Su obra se caracteriza por la innovación en la forma de comunicación, invitando a la interacción de los niños con los libros. Lleva  la lectura a un nuevo nivel, en donde los lectores no solo decodifican textos, sino que también formas, colores, materiales, interpelándolos constante y directamente. Tullet fuerza la comunicación directa con el texto y provoca una experiencia significativa y muchas veces inolvidable para los niños.

¡Oh! Un libro que hace ruido (Océano Travesía, 2018) es un fiel ejemplo de esto. Su autor nos invita a generar sonidos, ritmos y tiempos, a través de las formas y los colores. Por ejemplo, un punto azul puede significar solo eso, pero en las manos del artista francés representa un sonido, dos puntos azules de distintos tamaño representan dos sonidos de diferente duración y quince puntos ya pueden formar una melodía. Si bien acercarse a la experiencia musical puede parecer complejo para alguien que no tiene conocimientos en el área, con ¡Oh! Un libro que hace ruido sentimos que somos parte de una creación musical de manera espontánea y fácil.

Autobusito
Taro Gomi. Blackie Books, 2018

El nuevo libro que nos regala el autor japonés Taro GomiAutobusito (Blackie Books, 2018), se centra en el recorrido que hace el protagonista de cuatro ruedas en un día laboral, viaja por la ciudad ayudando a que las personas puedan llegar a sus trabajos o a sus actividades diarias: el artista llega a su taller, los turistas puede recorrer los lugares más interesantes de la urbe o los enfermos se acercan al hospital para aliviarse. Los medios de trasporte son muy atractivos para los niños: tomar el metro o subir a la micro puede convertirse en un panorama fantástico durante la infancia, y este libro nos invita a reconocer la variedad de posibilidades que tiene un viaje por la ciudad.

La editorial española Blackie Books hace un trabajo muy importante al acercar libros de calidad a los lectores más pequeños, desde el rescate de autores como William Steig o Jean de Brunhoff hasta la publicación de este libro de Gomi. Solo debemos hacer una salvedad respecto a esta  edición, esperaríamos una mayor preocupación por el uso que le dará el pequeño lector, el formato debió haber sido más resistente. A pesar de eso, este libro es una invitación para empezar un recorrido como ciudadanos conscientes en el uso de los medios de transporte, que ayudan a la descongestión y que son más amables con el medio ambiente.

¡Hay un lobo!
Matthieu Maudet. Lóguez Ediciones, 2018

A Matthieu Maudet lo conocemos por Hola, doctor (Océano Travesía, 2011), libro en el que los animales se van esfumando  de la sala de espera de un consulta médica, mientras un lobo tiene cara de que él es el responsable de las desapariciones. En este imprescindible, ¡Hay un lobo! (Lóguez Ediciones, 2018) nuevamente tenemos un lobo como protagonista, aunque involuntario.

La acción comienza así: este pariente salvaje de los perros come tranquilamente un sándwich sentado en el suelo, desde la esquina de un edificio un pájaro rojo lo descubre y se espanta. Para la temerosa ave no cabe otra posibilidad de que el lobo se lo quiera comer a él y a todos sus amigos animales. Se desata entonces un miedo colectivo, que llevará a los animales a huir sin razón.

La ironía es el pilar que sustenta la narración de este libro, un toque ya tradicional de su autor que podemos encontrar también en sus otros títulos para los más pequeños. La dosis se mezcla con buenas ilustraciones y un ritmo dinámico que asegurará resultados hilarantes para cuando queramos compartirlo en animaciones lectoras.

Este artículo fue publicado en marzo de 2019 en el boletín n° 8 del comité de valoración de libros Troquel.FacebookTwitter