Te damos algunos consejos para potenciar desde tu rol de mediador de la lectura el acercamiento al lenguaje poético en pequeños lectores. Por: Matilde Sandoval, asesora de proyectos de la región del Maule.

La poesía impregna los sentidos y los despierta a través del juego y la belleza de la palabra hecha verso. Su fomento en niños y niñas es indispensable, pues ayuda a transmitir experiencias afectivas y estéticas, que educan y afinan su sensibilidad, les permite percibir el goce de ver las cosas que los rodean, de transformarlas y observarlas con espíritu crítico, del mismo modo que amplía sus formas de expresión.

Se ha dicho que niños y niñas son poetas natos, capaces de captar la belleza, la emoción y la musicalidad de la poesía naturalmente, sin embargo, en nuestro rol mediador podemos ir enriqueciendo aún más este recorrido, y poco a poco transmitirles el disfrute del lenguaje poético.

Etapas del desarrollo poético

Primeros años

En una etapa inicial reconoceremos el ritmo y movimiento, por lo que la poesía debe potenciar la conciencia corporal, el descubrirse a sí mismo y por medio de cantos con rimas y versos, que les permitan entonar, repetir y memorizar. Daremos espacio a la poesía anterior a la lectura, la que se trasmite en forma oral y se memoriza por medio del juego y el canto.

3 a 6 años

A esta edad los niños se ubican de manera natural e intuitiva en el espacio del ritmo y el juego, la magia creativa y musical de las palabras fascinan a los pequeños sin necesidad de una comprensión racional del contenido. Luego, los niños y niñas van ampliando sus intereses y conocimientos del mundo que les rodea, y las preguntas nacen de ellos espontáneamente al observar su entorno, sienten curiosidad por conocer e indagar en temas que sean de su interés. En esta etapa es importante acompañarlos sin una estructura rígida de enseñanza si no que de manera lúdica.

7 a 9 años

En esta etapa la comprensión y análisis del verso son posibles, pero la idea es seguir manteniendo un espíritu más lúdico: El absurdo y la capacidad de jugar con el lenguaje y junto con ello la exploración de los límites de las normas lingüísticas. Funcionarán muy bien los trabalenguas, juegos de manos, rimas y cuentos breves en verso y a medida que se desarrolla una mayor capacidad de abstracción ahondaremos en las metáforas, encantándolos con la lectura de romances, versificación libre, con o sin rima, lo que nos permitirá llevarlos a la escritura de sus propias creaciones poéticas.

10 a 12 años

Estarán abiertos a la exploración a través  de la escritura, y será importante permitirles profundizar vías más elaboradas de la poesía. El lenguaje poético y metafórico comienza a despertar en su interior. Podemos transitar desde los poemas cortos, disparatados, cargados de humor en tono satírico o burlesco, como los Limericks, entregando lo que tanto gusta a los niños y niñas, como son el juego y quiebre gramatical, hasta la lectura y escritura de poesía de arte mayor o menor, sin rima o rimado, de versificación libre y los haikus.

En qué prestar atención para escoger el libro adecuado

La poesía infantil tiene algunas características, que son vitales a la hora de escoger.

  • Ritmo: Musicalidad y armonía las que se conectan con el movimiento natural de los niños y niñas. Un buen poema infantil deberá contar por lo tanto con ritmo y rima fluida, sonoridad acompasada que sea en sí, un paso al canto y al juego.
  • Colorido: La poesía infantil debe maravillar, despertar los sentidos, la imaginación y la fantasía.
  • Brevedad: Ha de considerarse la extensión tanto en las sílabas como en las estrofas. Esto a medida que vemos los intereses y mayor desarrollo del lector, paulatinamente podemos ir ampliando con poemas que tengan un mayor número de versos.
  • Sencillez: el lenguaje no se vea entorpecido por una cantidad de artificios que confundan la comprensión del poema por parte del niño.
  • Estética literaria: El poema infantil debe ser sugerencia, simbolismo, intuición, no debe decirlo todo, debe despertar en el propio niño el deseo de crear, de buscar en el misterio su propia poesía, llegar a sus sentidos, que le cause sorpresa, risas, y asombro, que estimule su imaginación.

Algunos títulos sugeridos

0 a 3 años:

  • Estaba la rana y Yo tenía 10 perritos, de Paloma Valdivia con Ilustraciones de Carles Ballesteros. Editorial Amanuta.
  • Arrorró mi niño, Carol Fleischman. Melodías del cancionero popular español y latinoamericano. Ediciones Ekaré.
  • Libro de nanas, es una recopilación de nanas, poesías y cantos en lengua española de autores como Federico Gª Lorca, Gloria Fuertes, Gabriela Mistral, Victor Jara entre otros. Ilustrados por Noemí Villamuza, Editorial Media Vaca.

4 a 6 años:

  • Un fantasma con asma, libro de cuento en verso de la autora Texto de Carmen Gil e ilustraciones de Ilustraciones de Sara Webster.
  • Un año: poemas para seguir las estaciones, de Ángeles Quinteros e Ilustraciones de Ángeles Vargas. Yekibud Editores.
  • El jardín de las formas, poesía visual de Jorge Luján y la ilustradora Linda Wolfsgruber. Editorial Comunicarte.

7 a 9 años:

  • El canto errante de Rubén Darío con Ilustraciones de Eleonora Arroyo. Editorial Amanuta.
  • 44 Poemas para leer con niños una selección de Mar Benegas, donde se recogen poemas de distintos autores y partes de mundo. Editorial Litera.
  • También cuatro cuentos clásicos para niños reescritos en verso por Gabriela Mistral e lustrados por diferentes ilustradores: Charles Ballesteros (Blanca Nieves), Paloma Valdivia (Caperucita), Carmen Cardemil (La bella durmiente) y Bernardita Ojeda (La Cenicienta). Editorial Amanuta.

10 a 12 años:

  • Cuentos en verso para niños perversos, de Roal Dahl.
  • Diez pájaros en mi ventana, de Felipe Munita e ilustrado por Raquel Echenique. Editorial Ekaré.
  • Mi cuaderno de haikus de la autora María José Ferrada y la ilustradora Leonor Pérez. Editorial Amanuta.