Te aconsejamos cómo acercar los libros a los niños de menos de cinco años, con sencillas estrategias que puedes aplicar en tu casa o en tu escuela.

Antes de los cinco años, niños y niñas muestran gran curiosidad por todo lo que les rodea. Esto es una oportunidad para presentarles los libros. Aquí te damos cinco tips para que los consideres al momento de fomentar el interés por la literatura antes de aprender a leer letras.

1. La lectura es siempre placentera

Cada vez que acercas el libro a los niños y niñas, asegúrate que sea un momento agradable y acogedor. Nunca obligues a los pequeños a ojear las páginas. Si no quieren ver libros en ese instante, ¡relájate! Ya encontrarás otra instancia.

2. Deja que los niños escojan

Los niños pequeños nunca dudan de lo que quieren. Te mostrarán espontáneamente cuál es el libro que llama su atención. Tómalo y muéstraselo aun cuando te parezca que no es adecuado para su edad o para su nivel de aprendizaje. Ojéenlo juntos con toda naturalidad. Y si los niños deciden que no les gusta... ¡Escojan otro!

3. Asómbrate junto con los niños

En la lectura, serás uno más en el grupo. No trates de imponer tus ideas de adulto. Simplemente invita a los niños a mirar juntos, y asómbrate con ellos, ríete con ellos, siente con ellos. No trates de enseñar. Solo guíalos para que recorran los libros desde la portada, y vayan pasando las páginas en orden. ¡Lo más importante es disfrutar!

4. Deja que interrumpan

Si tienes un grupo de niños, y uno quiere hacer un comentario o una pregunta, déjalo hablar y respóndele. No pienses que su intervención puede ser molesta; todo lo contrario: es su curiosidad la que se expresa. Si te parece que sus comentarios se salen del tema, solo responde con alguna exclamación, o dale las gracias por su comentario, y sigue la lectura. Es natural que los más pequeños quieran dialogar, ya a su edad, sus pensamientos forman parte de su entorno.

5. No le des muchas vueltas: ve derecho al libro

Hay adultos que hacen muchos rituales antes de comenzar una lectura en voz alta. Que los niños encuentren el libro, que lo llamen, que soplen... ¡No es necesario! Simplemente diles que tienes ese libro y si quieren verlo juntos. Si te dicen que sí (y seguro lo dirán), diles el título y el nombre del autor o autora, ¡y comienza la lectura! Por cierto, si hay partes que no tienen texto, no digas nada: ¡Los niños también tienen ojos!