Lucas Ramada Prieto, especialista en literatura infantil digital, visitó nuestro país en el margen del Encuentro de Industria Editorial y Videojuegos, instancia en la que abordó el rol del mediador en las nuevas formas de lectura. Por: Silvia Gutiérrez G., asesora de proyectos de la región de Valparaíso.

Tecnología, educación y literatura.  Una mezcla que Lucas Ramada define como ficción digital, que es a la vez, una ficción multimedia de sonidos, música e interactividad. Que es también una ficción participativa, que invita al otro, que no es lineal. Y que no se lee en los libros, pues no utiliza los mismos canales, sino que traslada el circuito.

Lucas Ramada Prieto (España) es especialista en literatura infantil digital -o ficción digital- y un referente en la materia, debido a lo cual realiza investigaciones y conferencias por el mundo. Su trabajo además es divulgado a través de su canal de Instagram Esto no va de libros.

Durante enero visitó Chile para participar del Encuentro de Industria Editorial y Videojuegos organizado por la Secretaría Ejecutiva del Libro y la Lectura del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, junto al programa Chilecreativo impulsado por Corfo.

Muchos de los comentarios y dudas apuntaron al tiempo que niñas y niñas pasan frente a una pantalla, y la imposibilidad de encontrar ahí recursos educativos, o bien, críticas a que estos podrían generar adicción en la infancia y la adolescencia.

Encuentro de Industria Editorial y Videojuegos

Frente a ello Ramada plantea que “Nadie se hará ludópata con esto. Siempre ha habido formas de cultura popular, y este es un problema de elites, de clase, de formación, formas de acceso a la cultura, las cuales tienden a decir ‘consume esto y no pienses’ y eso no tiene tanto que ver con la textualidad sino con las obras en concreto y cómo nacen”.

Agrega además que “los videojuegos se deberían comenzar a regular, pero desde ofrecer alternativas. Es decir, no sólo castigar, sino ofrecer espacios de juego diferente, tanto a nivel textual como comunitario”.

A partir de sus estudios, investigaciones y experiencias, Lucas Ramada insiste en la necesidad de que los videojuegos lleguen a más niñas y niños.

“No solamente que lleguen a niños blancos de clase media alta donde la madre se preocupa de que eso ocurra, sino que llegue a toda la población”.

La mediación de los videojuegos

Otro de los puntos importantes del debate fue respecto a la mediación y el rol de las y los mediadores de lectura. Ramada señala que falta en general apoyo económico para la formación de mediadores culturales de todo tipo: docentes de aula, bibliotecarios/as, etc.  

“Yo me enamoré de Clara Budnik cuando dijo en Madrid que no estamos dejando de leer libros, estamos dejando de leer el mundo, los árboles, el cielo”.

En este sentido plantea  la urgencia de entender que todo es texto, las ilustraciones de las animaciones, los filmes cinematográficos, que todo es un poderoso elemento de comunicación. Y que tanto la acción cultural como la estética de infancia debe comenzar a ser más abierta.

“Todo es interpretable, es hipertexto. Necesitamos abrir los márgenes de la educación literaria a la educación ficcional, es decir, que el videojuego forma parte de esa realidad cultural”.

Finalmente planteó la necesidad de dinamitar la idea de que leer bien es leer bien las palabras y lo que significan, basándose en los estudios contemporáneos donde destaca la tesis doctoral de Martina Fittipaldi “Qué han de saber los niños sobre literatura” donde propone las diez dimensiones de la competencia literaria.

En el mismo sentido, Ramada insiste en comenzar a entender que la ficción digital no es el libro, y que la interfaz tiene muchas formas de utilizarse. “El desafío es que la infancia interactúe con diferentes tipos de interfaz para que se atrevan a probar. Porque cuando prueba, le interesa y le apetece empieza a establecer mejores relaciones”.